Es muy fácil hacer un spa en tu casa
Consentir a tus pies con un pedicure profesional puede ser algo muy relajante, pero si quieres tener unos pies bien cuidados constantemente, ¡puedes obtener el mismo resultado en tu propio spa casero!
Te daremos algunos consejos para que tú misma puedas conservar unos pies suaves y bien cuidados.
1. Comenzando el pedicure.
Consigue una tina con agua tibia, una toalla y los utensilios necesarios; no olvides la piedra pómez, el alicate, las tijeras de cutícula y una lima en buen estado.
Elige el tono de esmalte de uñas que vayas a usar, y ten cerca un poco de algodón. Procura tener todo a la mano para que no tengas que salir corriendo a buscarlo en medio del pedicure.
Coloca todos los utensilios del pedicure en alguna canasta o recipiente para facilitarte las cosas.
2. Retira el esmalte de uñas viejo.
Es recomendable utilizar un removedor de esmalte que no contenga acetona, pues esta sustancia podría resecar las uñas de tus pies y provocar que se agrieten o que se lastimen de las orillas.
3. Moja tus pies.
Moja tus pies por unos quince minutos en agua tibia con un producto especial para pedicure, o bien agrégale al agua algún aceite con esencia. Además de ser relajante, logrará suavizar tus pies para facilitar la eliminación de piel seca y muerta.
4. Sécalos muy bien.
No olvides secar bien entre los dedos del pie, pues es un punto muy susceptible para el desarrollo de bacterias y acumulación de suciedad. Seca muy bien tus pies y pasa la esquina de la toalla entre los dedos.
6. Mantén tus pies en forma.
Mantener tus uñas en forma no debería pasar por alto. Las uñas largas pueden dañar tus calcetines e incluso alterar tu manera de caminar.
Cuando las cortes, ten cuidado de no hacerlo demasiado porque alguna uña podría enterrarse. Así que no las dejes muy al ras ni las limes demasiado. La forma de la uña debería ser un "espejo" de la curva natural de la cutícula. Lima los bordes suavemente.
Si las uñas de tus pies tienen un poco de volumen, puedes usar una lima para emparejarlas un poco.
Si quieres retirar las cutículas no las cortes, porque podrías lastimarte, mejor empújalas suavemente hacia el resto de la piel. Esto será más sencillo después de tu baño de pies.
5. Suaviza tus pies.
Los pies suaves son tan importantes como un esmalte impecable. El remover la piel callosa de manera regular te ayudará a evitar el engrosamiento de algunas zonas de piel que más adelante podrían agrietarse. Esta suavidad en los pies requiere de un poco de esfuerzo y dedicación.
Procura evitar por completo la desagradable navaja, pues su uso trae el riesgo de cortadas y daño a las capas profundas de la piel. En su lugar utiliza una lima para pies de superficie metálica o una piedra pómez. Frótalas vigorosamente en las zonas de piel callosa y seca, especialmente en los talones y metatarsos. Hacer esto con cierta frecuencia te ahorrará mucho tiempo en futuros pedicures.
La eliminación de piel callosa será más suave y sencilla después de haber humedecido bien tus pies.
7. Humecta tus pies.
Después de tanto trabajo, es momento de consentir a tus pies. Aplica un producto humectante especial para pies, para que se sientan suaves y tersos. Ya que la piel de los pies es mucho más gruesa que la de cualquier otra parte de tu cuerpo, necesitarás un producto humectante muy efectivo. La acción intensiva de la Crema humectante par pies secos es ideal para este propósito.
Tómate el tiempo para darle a tus pies un masaje mientras le aplicas la crema. Además de ser algo muy relajante, estimulará la circulación y te ayudará para que la crema penetre bien en la piel.