Posibles motivos del dolor de hombros y cuello

¿Cuáles son los posibles motivos del dolor de hombros y cuello?

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Antes de comenzar, Curitas® desea recordarte que este texto no sustituye la atención directa de un especialista, por lo que siempre recomendamos acudir con alguno que determine las posibles causas de tu dolor en cuello y hombros.

Posibles motivos del dolor de hombro y cuello


Aunque quizás frecuentemente se le relaciona con el estrés y malas posturas al dormir o trabajar, existen otras razones por las que puedes desarrollar dolor de hombro y cuello; Curitas® expone los posibles motivos de este malestar para que continúes atendiendo y cuidando tu cuerpo:

  • Lesiones provocadas por “latigazos” cervicales.
  • Articulaciones desgastadas o inflamadas.
  • Encorvarse por mucho tiempo por trabajar en la computadora, leer un libro o utilizar el celular, puede generar torsiones musculares.
  • Artritis reumatoide, cáncer o meningitis, son enfermedades que pueden causar dolor en el cuello.
  • Cervicalgia por rigidez en los músculos cervicales.
  • Malas posturas.
  • Dormir incorrectamente,
  • Girar el cuello bruscamente.
  • Nervios pinzados.
  • Estrés o depresión.
Posibles motivos del dolor en el cuello y hombros


No olvides que de acuerdo con la causa, el dolor en el cuello y hombros puede provocar una simple molestia o un dolor más fuerte, además de que hay posibilidad de ser agudo o crónico, es decir, podría desaparecer rápidamente pero también tener una larga duración.

¿Cómo prevenir y aliviar el dolor de hombros y cuello?


Recuerda que un estilo de vida saludable, donde practiques las siguientes recomendaciones, podría ayudarte a prevenir o atender el dolor de hombros y cuello:

  • Evita cargar cosas pesadas en tu hombro.
  • Duerme en posición adecuada.
  • Mantén una buena postura durante todas tus actividades.
  • ¿Mucho tiempo sentado? Levántate, camina y estírate.
  • Evita encorvarte al trabajar o ver tu celular.
  • No fumes.
  • Mantente activo.
  • Haz ejercicio.
  • Reduce el estrés.
  • Masajea y mueve el cuello con frecuencia.
  • Fortalece el cuello con ejercicios.
  • Usa terapia de calor.
  • Llénate de oxígeno.


Ten en cuenta que, aunque estas recomendaciones se ofrecen con mucho cuidado, estos consejos no sustituyen las indicaciones médicas ni sus tratamientos. Si tienes o sospechas tener algún problema de salud, consulta a un médico.

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